Nuevas todas las cosas
Al amanecer, luego de un descanso reparador, mientras voy despertando escucho en mi corazón: “Yo hago nuevas todas las cosas”, estas palabras me inquietan, resuenan en mi mente una y otra vez ¿Qué significan? ¿Qué mensaje encierran estas palabras? ¿Qué me quieres decir, Señor? Me muevo de inmediato a escudriñar las Sagradas Escrituras y allí encuentro en Apocalipsis 21, 5: “Entonces, el que está sentado en el trono dijo: “Voy a hacer nuevas todas las cosas” Y añadió: Escribe: estas palabras son ciertas y verdaderas”.
A ti, ¿qué te dicen? Bonitas palabras, difíciles de comprender. De inicio, pienso que grandes cambios estarían ocurriendo en mi vida, nuevas posibilidades, retos y oportunidades, ¿una misión?. Estas hermosas palabras me llenan de esperanza y de una seguridad indescriptible, sin importar lo que vaya ocurriendo en el camino, Dios está conmigo y me sustenta. Tres días después, en un momento de oración en la capilla de mi parroquia, escucho nuevamente en mi corazón: “Yo hago nuevas todas las cosas”. Sólo pude decir: ¿Qué quieres de mí, Señor? Y entrar en un profundo silencio.
Es curioso, simultáneamente al recibir estas palabras, se empiezan a desencadenar una serie de situaciones adversas afectando diferentes ámbitos de mi vida: salud, finanzas, familia, proyectos, por mencionar algunas, y ni hablar de las propias situaciones por la pandemia de Covid 19, un verdadero caos. Dios siempre está por encima del caos, lo ha hecho desde el principio cuando creó los cielos y la tierra, de la nada, y todo era confusión, el Espíritu Santo aleteaba sobre las aguas para transformar ese caos. (cf. Gn 1,2-3). En este momento, enfrento con valentía y paciencia las pruebas, y con la ayuda del Espíritu Santo, sin miedo alguno, le permito obrar según sus planes y transformar mis áreas de caos conforme a su voluntad. Dios es bueno, me acompaña y su misericordia es eterna. A Él la gloria.
Te comparto algunos versículos de la Biblia relacionados a qué Dios hace nuevo a través de la historia de la salvación; te invito a que te des la oportunidad de profundizar.
Antiguo Testamento:
Jeremías 31,31: “Van a llegar días –oráculo de Yahvé- en que yo pactaré con la Casa de Israel (y con la Casa de Judá) una nueva alianza”.
Jeremías 33,3: “Llámame y te responderé; te mostraré cosas grandes, inaccesibles, que desconocías”.
Ezequiel 11,19-20: “Les daré un solo corazón y pondré en ellos un espíritu nuevo; quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne, para que caminen según mis preceptos, observen mis normas y las pongan en práctica, y así sean mi pueblo y yo sea su Dios”.
Apocalipsis 21,2: “Vi también la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios, engalanada como una novia ataviada por su esposo”.
Nuevo Testamento:
Evangelio según San Juan 13,34: “Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros; que, como yo os he amado, así os améis también entre vosotros”.
Evangelio según San Lucas 22,19-20: “Tomó luego pan, dio gracias, lo partió y se lo dio, diciendo: “Este es mi cuerpo que se entrega por vosotros; haced esto en recuerdo mío”. De igual modo, después de cenar, tomó la copa y le dijo: “Esta copa es la nueva Alianza en mi sangre, que se derrama por vosotros”.
Segunda Epístola a los Corintios 5,17: “Lo digo porque el que está en Cristo es una nueva creación; pasó lo viejo, todo es nuevo”.
Evangelio según San Mateo 19,28-29: Jesús les dijo: “Os aseguro que vosotros que me habéis seguido, en la regeneración, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, os sentaréis también vosotros en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. Y todo aquel que haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o campos por mi nombre, recibirá el ciento por uno y heredará vida eterna”.
Han transcurrido 6 meses desde aquel día, también ha iniciado un nuevo año, y he visto la mano de Dios actuar de manera maravillosa en muchas de las situaciones presentadas; aún persiste el proceso médico que inicié por algunas molestias físicas y un extraño bulto que percibía en el cuello, debajo de la mandíbula. Un proceso agotador, evaluaciones por diferentes médicos especialistas, estudios de imágenes diversos, análisis de laboratorio, dolor, tratamientos, biopsia con resultado sugestivo de malignidad. Ya con resultados en manos, lista para cirugía para extirpación y biopsia abierta por tumor en la glándula parótida derecha; días antes de la cirugía, fue suspendida, mi hija enfermó de Covid 19.
Una vez mi hija recuperada, fue reprograma; nuevamente lista, recibo la inesperada información de que la cirugía no sería cubierta por el seguro médico, una situación más, suspendida hasta nuevo aviso. Recibí la noticia tranquila, sin perder la fe, sabiendo que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman (cf. Rm 8,28). Varios días después, un encuentro fortuito con una amiga médico, hace que el proceso continúe su curso, contacta de inmediato a un amigo colega, quien abre las puertas para que sea atendida de inmediato en el Instituto del Cáncer donde él labora. Confiada en que Dios obra a su tiempo (cf. Ecl 3,11), estoy completando las evaluaciones médicas y pre-operatorias requeridas por el centro; en pocos días, con el favor de Dios, estaré lista para cirugía. Me abandono incondicionalmente a su voluntad.
“Padre, si es posible, que se aparte de mí esta copa. Pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”. (Mt 26,39)
Quiero animarte a que:
Perseveres en la fe cuando las cosas van mal y empeoran, sigas confiando. Ten la seguridad de que Él está actuando y transformando tu vida, aunque visible a tus ojos solo veas dificultades.
Creas en el poder de Dios, su fidelidad y en su infinito amor.
Te alimentes de su palabra (cf. 1 Tim 1,6).
Pongas todo en sus amorosas manos, ten paciencia y espera, a su tiempo, verás la gloria de Dios.
Des gracias a Dios por todo. (cf. 1 Tes 5,18)
¡Ánimo! No estamos solos.
Gracias Señor porque…
- En el silencio de mi alma, haces nuevas todas las cosas.
- En la salud y en la enfermedad, haces nuevas todas las cosas.
- En la alegría y en la tristeza, haces nuevas todas las cosas.
- Con tiempo y sin tiempo, haces nuevas todas las cosas.
- En la abundancia y en la escasez, haces nuevas todas las cosas.
- En tus planes para mí, haces nuevas todas las cosas.
- Permitiendo que se haga tu voluntad, haces nuevas todas las cosas.
Agradezco a Dios las manifestaciones de Su amor en mi vida y la oportunidad de compartirlas contigo mientras hace nuevas todas las cosas.